miércoles, 7 de junio de 2017

Crítica: “The Soldier’s Scoundrel”, de Cat Sebastian

Los opuestos se atraen, muy a su pesar. Romántica, sexy, y con su puntito de intriga. Creo que lo tiene prácticamente todo.
Avon, sept-2016

DATOS GENERALES

Título original: The Soldier’s Scoundrel
Subgénero: histórica / Regencia

Fecha de publicación original en inglés: septiembre 2016

SINOPSIS (tomada de la página web de la autora)

Un canalla que vive en las sombras...

Jack Turner creció en lo peor de los bajos fondos londinenses, en el seno de una vida llena de crimen y deseoso de hacer lo que sea por tener comida en el estómago y conseguir poner a salvo a sus hermanos. Ahora usa los trucos e intrigas que aprendió en esa vida lumpen para ayudar a los que lo necesitan, de una manera que sólo un canalla puede hacerlo. Desconfía profundamente de la nobleza, y sus servicios no se extienden al guapísimo soldado de alta cuna que personifica todo lo que Jack jamás será.

Un soldado al que no le afecta el vicio

Después del caos de la guerra, Oliver Rivington ansía la vida segura y predecible de un caballero, una que no incluye enfrentarse a un tipo zascandil que se salta la ley con frecuencia. Pero Jack tienta a Oliver como ningún otro hombre antes. Pronto su deseo por este criminal sin vergüenza es tan intenso como el placer de Jack al ver la capa de nobleza de Oliver desmoronándose cada vez que están juntos.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica?
Sí, en mi lista la tengo a día de hoy la 535. Tuvo crítica de DIK A- en All About Romance, consiguió estar en la short list de la American Library Association al mejor romance de 2016 y fue una de las mejores novelas del año 2016 al menos para tres de las personas que publican críticas en All About Romance; Caz, Emily y B. J.

CRÍTICA

Jack es una mezcla de detective y troubleshooter al servicio de quienes no pueden defenderse por sí mismos. Vamos, una especie de Olivia Pope en la Regencia. Fue delincuente, ayuda de cámara de un noble y ha hecho un poco de todo para sobrevivir.

Desprecia profundamente a la aristocracia. Así que cuando a su puerta llega un guapo ex soldado todo enfurecido, apoyado en un bastón, se esfuerza en mantener las distancias.

En realidad, este joven no pretende contratar sus servicios. Acaba de descubrir que su hermana le ha pagado dinero a Jack y quiere saber qué ocurre. Teme que haya algo turbio, que este impresentable esté extorsionando a su hermana o algo así.

Ella es, en realidad, clienta de Jack. Entre los desvalidos para los que trabaja se encuentran, en una sociedad tan machista como aquella, las mujeres, que difícilmente se defienden solas ante unas leyes que les eran contrarias. Claro que Jack no puede desvelarle a Oliver los secretos de su hermana.

Desde el primer momento, ¡zasca!, enorme tensión sexual. Jack juega con ventaja: conoce los gustos de Oliver porque en sus tiempos de ayuda de cámara, vio cómo era servido de rodillas por otro caballero. Aquella imagen de un Oliver entregado al placer se le quedó grabada a fuego.

Jack, un poco por tener la fiesta en paz, permite que Oliver se quede con él en la oficina para que vea en qué consiste su trabajo. Cuando una atribulada dama, la señora Wraxhall, le encarga recuperar ciertas cartas, le deja que se quede y escuche en silencio.

Jack reconoce que si hay que quebrantar la ley en el curso de sus investigaciones, lo hace. Simplemente se deshace del problema, aunque a sus clientes no les explica cómo. Tampoco ellos preguntan. No llega al abuso o el asesinato, no, pero sí a cosas como allanar moradas o mandar al extranjero a indeseables. Siempre por una buena causa.

Algo que el estirado Oliver no soporta. Fue soldado y estuvo en la guerra. Recuerda con especial desagrado Badajoz, ese momento de la Guerra de la Independencia española en que los británicos entraron a sangre y fuego en la capital pacense, como si estuvieran en terreno enemigo, saqueando, violando, matando. En fin, los hijos de la pérfida Albión en su versión más hooligan (véase el inolvidable artículo de Pérez-Reverte Nuestros aliados ingleses, 12-07-2008). Es curioso, pero creo que es la tercera novela romántica de la Regencia anglosajona en la que veo referencias a la horrenda toma de Badajoz. Como no suelo leer novela romántica española tengo curiosidad: ¿habrá alguna nuestra que aluda a este episodio?

Después de pasar por esa experiencia caótica e injusta, Oliver sólo quiere vivir en un lugar donde rija la ley, donde todo sea predecible y no haya zonas grises. Jack no encaja en ese mundo idílico. Pero, ¡ay, no puede dejar de pensar en él!

Oliver se empeña en acompañar a Jack en sus pesquisas, un poco por aburrimiento, otro poco por desconfianza y un mucho por la atracción que siente. Hay bastante tensión sexual no resuelta, porque Jack quiere regodearse en la jugada, pero al final se resuelve, vaya si se resuelve, con escenas de lo más explícitas y sexis.

Luego se dan cuenta de que esto es algo más que un rollo pasajero, que empiezan a sentir que el otro es alguien especial, alguien de quien se pueden enamorar. Todo muy romántico.

No pude parar de leer. Comprendes perfectamente las motivaciones de los protagonistas, aunque sean contradictorias entre sí. Tiene algunas cosas que personalmente prefiero en este tipo de romántica gay. No se comen mucho el coco con su sexualidad: los dos saben cómo son y lo aceptan, sólo que con la prudencia lógica de estar cometiendo un delito que los puede llevar a la horca. Son tíos-tíos, recios, no hay nada de afeminado en ellos. Por último, los personajes femeninos, aunque secundarios, tienen importancia en la trama.

El argumento está muy bien llevado, la acción no decae en ningún momento, con suficiente intriga para que te preguntes qué ocurre en realidad con la hermana de Oliver y con la señora Wraxhall. Por eso encuentras momentos estupendos de competence porn en los que Jack demuestra sus agudas dotes de observación y deducción.

Porque Jack es así de atractivo: inteligente, listo, cínico, enamorado y realista, que sabe sacarle los colores a Oliver en más de un sentido.

Bueno, en todos los sentidos.

Se ambienta en una Regencia poco idealizada. Incluye una perspectiva bastante clara sobre las desigualdades sociales, que no son sólo de clase, sino también de género. Oliver tendrá que aprender, renuentemente, que esa ley y orden que tanto ansía, y que preferiría que Jack respetase (salvo en lo de la sodomía, claro), sólo le beneficia y le protege a él: hombre, adinerado y noble, pero no al resto de la población que se encuentra desvalida ante las injusticias.

Una novela de 9/10 por algún detallito menor. Pero como no doy medias estrellas, puestos a elegir: cinco estrellas, aunque sea arriesgado hacerlo con una primera novela.

Es de las que casi llego tarde al trabajo por no poder dejar de leer. Me dejó resacosa. Jack y Oliver se convirtieron en personas tan de carne y hueso, que parece que existieron de verdad y les deseas toda la felicidad del mundo.

Si quieres probar una novela romántica gay histórica, este es un buen lugar por donde empezar, por si KJ Charles te parece demasiado fuerte. The Soldier’s Scoundrel la publica Avon, la reina madre de las editoriales de romántica histórica, la de Lisa Kleypas, por ejemplo. De hecho, es el primer male/male romance que lanzó y eso fue noticia.

Que una editorial tan clásica se haya atrevido con esta novela significa que está bien escrita, es intensamente romántica, con su toque sexy sin perder nunca la elegancia.

Y sí, inmediatamente me he bajado al Kindle la segunda novela de Sebastian, The Lawrence Browne Affair. Ya lo contaré.

Valoración personal: espléndida, 5

Se la recomendaría a: lectores sin prejuicios que gusten de sexo explícito y buena dosis de romance en una Regencia no tan ideal.

Otras críticas de la novela:

En All About Romance le hicieron crítica de DIK A-, ya sabéis, uno de esos libros que te llevarías a una isla desierta.

Red Hot Books, una A.

The Novel Approach, otra A.

En la review de Audigals del audiobook la valoración es A- además tienes un corte de audio con el principio de la novela, algo que realmente es curioso y muy agradable de oír.

Crítica en Kirkus que concluye que es un “debut logrado, totalmente ganador”.

A Mrs. Giggles, de Hot Sauce reviews, le gustó, pero menos, le puso 3 oogles.

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