miércoles, 31 de agosto de 2016

Cambio de foto: "Santa Casilda", de Zurbarán



Último día de mes. Se acaba agosto y con ello, prácticamente, el verano y sólo me queda otra semana de vacaciones. ¡Ay! A ver si en el puente de septiembre consigo hacer algún viaje. De momento, lo que toca es cambio de foto en la pestaña M&MB: cambio a la Española de Golovín por una Santa Casilda de Zurbarán.

El extremeño Zurbarán es uno de los pintores más destacados de la Edad de Oro de la Pintura española (entre los siglos XVI y XVII). Trabajó en la Sevilla del primer tercio del siglo XVII y es, junto con Alonso Cano, uno de los grandes maestros de esta escuela.

Entre su producción, son famosas sus imágenes de santas católicas. De hecho, hasta hay una página de la wikipedia dedicada a ellas, “Santas de Zurbarán”.

Son cuadros muy parecidos en los que se pinta a una mujer de cuerpo entero, espléndidamente vestida (como princesas, o nobles, o campesinas acomodadas) con moda de la época. Es un placer fijarse en los detalles de la vestimenta, las joyas y demás aderezos de estas señoras. El fondo, como propio del tenebrismo, está ensombrecido o es neutro. No hay nada más que esas mujeres, vestidas de pasarela y mirando fijamente al espectador.

Como le ocurrió a Caravaggio, eso de andar poniendo a las santas y vírgenes como mujeres contemporáneas del pintor no fue de todo del gusto de la Iglesia, y alguna queja clerical hubo. Pero no cabe duda de que lograron un enorme éxito, hasta el punto de que el taller de Zurbarán exportó muchísimo a América.

Como siempre que de santos se trata, hay que fijarse en qué atributos, qué objetos, se le ponen, para saber quién es la persona representada. Una especie de acertijo. Aquí tenemos a una mujer vestida lujosamente como una dama de sangre real, con diadema de princesa (no corona de reina) y con rosas en el regazo (cuesta un poco verlas). Esto permite identificar a la protagonista como Casilda de Toledo.

Según su leyenda, era una princesa, hija de un rey moro de Toledo, secretamente convertida al cristianismo. Llevaba pan a los presos cristianos. Un día fue sorprendida y, cuando le requirieron para que mostrara lo que llevaba, el pan se había convertido en rosas.

La historia de este cuadro demuestra lo mucho que las guerras han significado siempre saqueo y cambio de manos. La pobreza y la desidia de los gobernantes también hacen mucho al respecto, al menos en países como España. Que nadie se piense que los nazis fueron los únicos saqueadores de la historia.

Se cree que Santa Casilda estaba en algún convento sevillano cuando el mariscal Soult se lo llevó, por la cara, a Francia. Subastada la obra en París en el año 1852, fue adquirida por un tal conde Duchatel. A principios del siglo XX andaba por Montreal (Canadá). Y entró a formar parte de la colección Thyssen-Bornemisza en 1979. Así volvió a España. Actualmente se expone en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.

Zurbarán murió en Madrid el 27 de agosto de 1664.

lunes, 29 de agosto de 2016

Los mayores también existen (existimos)




La idea para este post me lo dio una amable lectora de este blog, que me preguntó por novelas románticas protagonizadas por personas mayores. La verdad es que sólo pude pensar en unas poquitas, y ello me llevó a rebuscar en la red, a ver si podía encontrar novelas así.
Fuentes
Di con una lista, en All About Romance, titulada Older Couples (“Parejas mayores”). Consulté después el artículo “Age Is Just a Number: Romance Novels with Mature Couples” (“La edad es solo un número: novelas románticas con parejas maduras”) en Book List Reader. También trataron el tema en Dear Author: “If You Like Mature Romances”. Luego en The Cheshire Library Blog dedicaron una entrada a las “Romance Novels with Mature Couples”. Finalmente, en Good Reads encontré esta lista con los mejores protagonistas que superan la cuarentena cuyo requisito es que la pareja principal tiene que estar por encima de los cuarenta años. El problema es que más de un título es francamente dudoso, no tengo claro que sean novelas románticas o que los dos protagonistas estén por encima de cuarenta años.
Concluí que la edad es uno de esos temas relacionados con la diversidad que de vez en cuando preocupan a la blogosfera romántica. La novela romántica está dominada por jóvenes que lo tienen todo, guapos y perfectos y que normalmente no se enfrentan a cosas como hijos adolescentes o padres envejecidos, opciones laborales limitadas, etc.
En uno de ellos observaban que las heroínas de las novelas románticas suelen tener 24-26 años, pero la media del lector son 44 años. Así que sean bienvenidas novelas con toda la complejidad de la vida, protagonizadas por personas maduras en las que el lector puede reconocerse más que esos personajes glamurosos bastante ajenos a nuestra realidad.

La cosa es que, después de leer A Soldier’s Heart para el TBR Challenge de agosto y Delicious para el de septiembre, me he dado cuenta de que este tipo de protagonistas me gusta mucho. Tienden a comportamientos adultos, así que te ahorras el que estén de morros por tonterías, o tontos malos entendidos por inmadurez.
Tienen ese toque de realismo de una vida plena, con sus momentos buenos y otros malos, con personas que dependen de ellos, exigencias laborales, problemas serios con los que conecto mejor.
La mayor parte de las novelas que mencionan en estas listas no están traducidas. Y muchas entran en la categoría de “30 y tantos”. Lo sé, es difícil ver a los treintañeros como mayores, pero sí podrían entenderse como “mayores de lo habitual”. Otra cosa de las que me he dado cuenta es que algunas de las más estimadas historias de amor con protagonistas maduros son secundarias a la principal.

Traducidas

Susan Elizabeth Phillips tiene en varias novelas romances secundarios preciosos con protagonistas de 50 y tantos: Heaven, Texas (1995), Este corazón mío (2001) y Nacida para seducir (2007). Son todas de humor contemporáneo.
En una de las mejores de Sherry Thomas, Acuerdos privados (2008) aparece un romance secundario entre personas de 40 y tantos. Pero muy recomendable, con personajes de 30 y tantos, es Delicioso (2008), sobre una chef con secretos y un caballero político en alza que se siente atraído por algo más que sus habilidades culinarias. Uno de esos artículos antes mencionados la describe como “encantador cuento de hadas con gente crecida”.
En la saga Outlander (Forastera) de Diana Gabaldon, los protagonistas son cuarentones a partir del tercer libro (creo que es, sólo leí el primero y no me gustó): Viajera (1994), Tambores de otoño (1996), La Cruz ardiente (2001), Viento y ceniza (2005) y Ecos del pasado (2009) serían las más destacadas.
De Laura Kinsale hay dos de protagonistas de 30 y tantos, las dos históricas: Por el corazón de mi dama (1993, medieval) y Una extraña locura (1997).
En erótica histórica (pero escrita con elegancia, ¿eh? Nada que ver con las Sombras) están dos obras de Robin Schone con protagonistas de 30 y tantos: El tutor (1999) y El amante (2000).
LaVyrle Spencer es otra autora que escribe (o escribía) libros contemporáneos con protagonistas mayores de la media. La más valorada es Juegos de azar (1987) con protagonistas de 30 y tantos. Pero también he visto buenas críticas de Por toda la eternidad (1984) de 40 y tantos y Amargo pero dulce (1990). Hay una que no está traducida, bastante apreciado, con protagonistas de 30 y tantos, Hummingbird (1983, histórica). Y tres que son bastante más flojitas: protagonistas cuarentañeros son los de Un puente al amor (1992) y Reencuentro (1995) y con treintañeros Un verano, una mujer (1996).
Los aficionados a la ciencia ficción conocerán a Lois McMaster Bujold, y su saga Vorkosigan. Hay algunos libros, sobre todo los más antiguos, en los que los protagonistas son cuarentones. Las dos de los padres de Miles serían Fragmentos de honor (1986) y Barrayar (1991). También hay que incluir En caída libre (1988).
Luego nos encontramos con la serie de misterio sobre Lady Julia Grey, escrita por Deanna Raybourn. La primera, Tiempo de secretos (2007), suspense victoriano. Puedes seguir con Tiempo de engaños (2007), Tiempo de pasión (2009) y demás tiempos.
De Suzanne Brockmann contamos con Desafiando las normas (1999), entre chica joven y señor mayor, que funciona asombrosamente bien. También hay una historia de amor secundaria entre personas de más de cuarenta en Out of Control (2002) y La hora de la verdad (2005). Suspense militar entretenido y apasionado.
De cuarenta y tantos son los protagonistas de Rosa negra (2005), de Nora Roberts, contemporánea con algo de paranormal. La protagonista, de 47 años, ha dejado atrás dos matrimonios y cree que también el amor. Se la menciona con frecuencia en este contexto de romance con protagonistas maduros.
Treinta y tantos
La mayor parte de la lista es la que se refiere a protagonistas de 30 y tantos. Aquí estarían:
Mary Jo Putney: Pecado y virtud (1989, histórica/Regencia) 
Loretta Chase: Perfecto (2006, histórica) 
Laura Lee Guhrke: Y entonces él la besó (2007, histórica) 
Connie Brockway: Noches de pasión (1997, histórica)
Adele Ashworth: Un hombre que promete (2000, histórica)
Jennifer Crusie: Mujeres audaces (2001, contemporánea) 
Judith Ivory [Judy Cuevas]: Seda negra (1991, histórica)
Candice Hern: Tan sólo una aventura (2006, histórica/Regencia)
Mary Balogh: Una aventura secreta (2010, histórica)

Cuarenta y tantos
Hay que rebuscar bastante más si queremos encontrar protagonistas que pasen de la barrera de los 40.
Otras novelas de esa franja de edad son Juntos en el lago (2008, contemporánea) de Susan Wiggs, El rey de las estrellas (2000, ciencia ficción) de Susan Grant y además (aunque no tengo clara la edad en esta), Siempre una dama (2012, histórica) de Delilah Marvelle, con una viuda rica como protagonista que trata temas sociales como la pobreza y la educación universal.

Más de cincuenta
Es prácticamente imposible encontrar protagonistas por encima de los cincuenta. Una muy mencionada es El mayor Pettigrew se enamora (2010, contemporánea) escrita por Helen Simonson. Y luego, mayores de sesenta, en AAR sólo mencionan dos. Pero una de ellas la he visto citada en varios lugares: Julie y Romeo (2000, contemporánea) de Jeanne Ray. Como puede intuirse por el título, es una variante del tópico Romeo y Julieta, pero situado en Boston y quienes se enamoran son un par de sesentones cuyas familias están enemistadas.
Sin traducir

En inglés hay unas cuantas tremendamente interesantes, pero que lamentablemente no están traducidas. Por poner unas poquitas, por si alguien tiene interés y se atreve con la lengua del Chéspir: En un par de sitios mencionan que tanto la serie Colorado Mountain como la ‘Burg de Kristen Ashley tienen personajes por encima de los cuarenta.

Treinta y tantos
Mary Balogh: The Notorious Rake (septiembre 1992, histórica/Regencia)
Joanna Bourne: The Black Hawk (2011, histórica/Regencia) 
Judith Ivory: Untie My Heart (2002, histórica)
Judith Ivory [Judy Cuevas]: Dance (1996, histórica/1900-1910)

Cuarenta y tantos
Connie Brockway: Hot dish (2006, contemporánea)
Kathleen Korbel: A Soldier’s Heart (1994, contemporánea)
Barbara O'Neal: How to Bake a Perfect Life (2010, contemporánea)
Barbara Samuel: A Piece of Heaven (2003, contemporánea)
Kathryn Shay: Promises to Keep (2002, contemporánea)
Lauren Willig: The Passion of the Purple Plumeria (2013, histórica/Regencia)

Cincuenta y tantos
Margot Dalton: French Twist (1998, contemporánea)
Molly O'Keefe: Can't Buy Me Love (2012, contemporánea)



Las incógnitas

Hasta aquí, las novelas de las que he visto alguna buena referencia. Luego mencionan unas cuantas que, francamente, no sé cómo estarán. Sospecho que sean bastante mediocres.

Traducidas
Heather Graham [Pozzessere]: Misterio de Nueva Orleans (1996, contemporánea)
Brenda Novak: Crimen perfecto (2009, suspense)
Mary Jo Putney: Pétalos en la tormenta (1993, histórica)
Robin Schone: Amantes de escándalo (2007, histórica)
Robin Schone: Llanto de pasión (2009, histórica)

Sin traducir
Sandra Antonelli: A Basic Renovation (2013, contemporánea)
Kristen Ashley: Sweet Dreams (2012, contemporánea)
Charlotte Lamb: Hot Blood (1996, contemporánea/genérica)
Emma Miller: Hannah's Courtship (2014, religiosa/amish)
Annette Sanford: Eleanor & Abel (2003, contemporánea)
Sherryl Woods: Honeysuckle Summer (2010, contemporánea)

Eso es lo que me ha parecido más interesante de los artículos arriba señalados, donde podéis ver más novelas con protagonistas maduros. Muchas no las he leído, así que no descarto errores como por ejemplo las edades de los protagonistas, o que esté traducida alguna más. Así que se admiten correcciones. Y si alguien conoce alguna otra novela con protagonistas maduros, sobre todo de más de 40 años, se agradecen sugerencias.

viernes, 26 de agosto de 2016

Crítica: “Nacida del fuego”, de Nora Roberts



Fui débil y piqué. Ahora que ya me he leído las tres novelas de esta serie puedo decirlo: la primera es la mejor Nora Roberts en su vertiente contemporánea. Las otras dos, no merecen la pena.
Diseño: Penguin Random House grupo editorial /
Ruxandra Duru
Fotografía: © LuisViegas / 500PX
DATOS GENERALES
Título original: Born in Fire
Fecha de publicación original en inglés: 1994
Subgénero: contemporánea
Parte de una serie: Hermanas Concannon #1

SINOPSIS (de la contraportada, retocada)

Maggie Concannon se ha criado junto a su hermana Brianna en un ambiente familiar tan inquietante como el paisaje rural que la rodea. La joven, obstinada y visceral, encuentra un refugio contra la soledad y la amargura de su madre en la creación de piezas de vidrio.
Rogan Sweeney, dueño de una galería de arte de Dublín, descubrirá en ellas el alma apasionada y libre de la joven.
Pero ¿acaso tienen algo en común la chica de campo y el guapo, culto y elegante hombre de negocios?

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Definitivamente, sí. Y hasta entre las cien mejores novelas románticas de todos los tiempos. En mi lista actual está en el puesto 51. Cuando los lectores de The Romance Reader votaron sus favoritos del siglo XX, esta novela alcanzó el puesto 19 del ranking. Ha tenido fabulosas críticas: en esa misma página, la máxima valoración, un Five Hearts Keeper, y en All About Romance, un DIK A, libro que te llevarías a una isla desierta. También en dear author ha conseguido una crítica de A, y Rosario (Rosario’s Reading Journal) le hizo una de A+.
Estuvo en todas las encuestas Top 100 de All About Romance entre el año 1998 y 2007: la n.º 20 en 1998, 72 en 2000, 26 en 2004 y 57 en 2007. No entró, en cambio, en el Top 100 de 2010 ni en el de 2013, pero sí que estuvo entre “lo mejor del resto” es esa última edición, en el puesto n.º 163.
Gusta a las lectoras de esa página web, y también a los miembros de su grupo de críticos, puesto que tanto LinnieGayl como Blythe la escogieron entre sus favoritas. La he visto mencionada por un lector de All About Romance entre sus favoritas, y hasta por tres de Romance Reader igualmente entre sus preferidas de todos los tiempos. Y en más listas en las que no me voy a extender más.
Cuando en 2008 hicieron una mini-encuesta sobre los favoritos estrictamente contemporáneos, estuvo la cuarta. RomanceNovels.Me publicó una lista de las que consideraba mil mejores novelas románticas, y esta apareció la 540.
En un clásico, pues, dentro de la modalidad de Best Enemies.

CRÍTICA
Al final piqué con esta trilogía gracias a la recomendación de AztecLady.
No me arrepiento.
Margaret Mary vive en el condado de Clare, costa oeste de la República de Irlanda. Crea artísticas figuras de vidrio que vende localmente. Su obra atrae la atención de un galerista de Dublín, Rogan, quien se empeña en comprarle su producción y en lanzarla como artista internacional.
Margaret desconfía. Se ha creado su mundo pequeñito, libre e independiente. Le basta conseguir lo justo para ir tirando. En el fondo, tiene miedo a ambicionar más y darse el batacazo.
Parte del libro es esa lucha de Margaret consigo misma, por reconciliarse con la ambición de ser mucho más, de ganar dinero a espuertas, conocida y respetada como artista más allá del condado de Clare.
Lo inolvidable de esta novela es el personaje de Maggie, su crecimiento personal y profesional. Me ha encantado un personaje de mujer tan fuerte e independiente, que se resiste con uñas y dientes a perder su libertad o su aislamiento, frente al hombre calmado que aparece a su puerta.
Rogan es quien la pica para que abra sus alas y se lance al mundo. Y no, no es fácil. Maggie es una artista temperamental. Llega un momento en que él la acusa de ser “desagradecida, egoísta y desconsiderada”. Como es verdad, ella no lo niega. Llega a ser francamente borde en más de un momento.
No contesta al teléfono, no es puntual, no cumple con el calendario previsto,… algo que pone de los nervios al hombre de negocios que es Rogan, siempre ocupado por mil cosas. Bueno, a mí también me pondría de los nervios. Y a cualquiera que se tome su trabajo en serio.
Los diálogos, llenos de frustración y con inesperados toques de humor, creo que harán las delicias de cualquiera que guste (como me pasa a mi) de ese tópico “de enemigos a amantes”.
En este circo de tres pistas, lo que se te queda en la cabeza, es el personaje de Maggie. Tiene cosas increíbles, no es tu típica heroína virginal. Si la apetece coger y emborracharse, o dormir al raso, lo hace. Es fantástica, es libre.
Y eso que tiene una vida familiar de asco. Su padre siempre fue un soñador con más habilidad para perder dinero que para ganarlo, y su hermana Brianna es tan dulce que cae en lo masoquista.
¿Y la madre? Aquí entra la vena menos sentimental de La Nora. La madre es una tipa insufrible que está resentida con Maggie por cosas que no son culpa de la joven. Hay un momento en que Maggie le dice a Rogan:

“-No tienes idea de lo afortunado que eres. Qué suerte tienes de haber crecido en un hogar feliz y lleno de amor. Yo no sé lo que es eso. Nunca voy a saberlo. No había amor entre mis padres, sólo rabia, culpa y obligación, pero no amor. ¿Te imaginas lo que es crecer en un hogar donde a las dos personas que te crearon no les importa el otro?”.


Es difícil de imaginar. Yo misma adoro a mis hijos y a mi marido y haría casi cualquier cosa por ellos. Pero comprendí perfectamente a Maggie, porque conozco a gente así: parejas con escaso amor entre ellos, madres que simplemente no quieren a todos o algunos de sus hijos. Me encanta que Nora Roberts le de ese toque de realismo de una madre fría emocional que odia a sus hijos, o a alguno de ellos, por cosas que en realidad nunca han sido responsabilidad de los hijos. Y, además, que lo haga de una manera tan normal, tan cotidiana, porque la vida misma es así... No como un escritor masculino, que montaría un melodrama tipo Al este del Edén de John Steinbeck. 
Maggie lo acepta, esa es su vida y sabe seguir adelante, cuando comprende que lo que les pasó a sus padres no tiene por qué ocurrirla a ella.
Rogan es un héroe más convencional. Rico, guapo, no hay en él ninguna evolución particular a lo largo del libro, sigue siendo el mismo al final que al principio: un hombre de una pieza. Conoce a Maggie, le irrita y le atrae a partes iguales, pero nunca le pierde el respeto (salvo insistir de vez en cuando que se calle). Cuando se enamora de ella, lo acepta sin problemas. Es sincero en sus deseos y sus planteamientos. Consciente de que Maggie necesita su independencia, su libertad, no hace ni asomo de forzar su voluntad. Le viene a decir “esto es lo que hay, y si me quieres, aquí estoy”. La decisión será de ella. Qué maravilla de hombre sosegado. A años luz de los machistas avasalladores de tantas novelas. ¡Y esto se escribió en 1994!
He disfrutado como una enana de esta historia ambientada en la República de Irlanda, años noventa. Si tenéis oportunidad, leedla, por favor. Muy particularmente, la recomendaría a los que escriben romántica (o cualquier tipo de novela), para que vean cómo se crea un argumento atractivo, qué parte de la investigación (en este caso, sobre la elaboración de figuras de vidrio) tienes que dejar caer en la novela y qué parte no usarla, cómo dar a luz a personajes inolvidables, cómo escribir con gran economía de medios: descripciones las justas para añadir algo a la historia y los diálogos ágiles.
¿Y por qué no le pongo la máxima puntuación? Por varias cositas. No me dejó resacosa, ni con ganas de que aparecieran, mágicamente, más páginas. Más bien fue un “virgencita, que se queden como están”. Tienes la impresión de que la relación futura entre estos dos no será fácil, y prefieres no seguir siendo testigo de sus tira y afloja, aunque sepas que lo superarán. Además, a mi me sobra todo eso de que Rogan sea un millonario, con su jet privado, su villa en el sur de Francia; habría preferido que fuese un galerista normal y corriente. La sombra de Roarke es demasiado alargada y se me superponía a este hombretón por momentos. Los toques costumbristas irlandeses a veces bordeaban el tópico prototípico. Y, finalmente, hay una relación amorosa secundaria que podría haber escrito mejor.
Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: los que gusten del romántico contemporáneo, y a todos los escritores de ficción comercial, para que vean cómo se escribe una historia inolvidable.

Otras críticas de la novela:

Resulta curioso, parece que en España esta trilogía se ha visto como una más de Nora Roberts, que ha pasado sin pena ni gloria, mientras que en inglés la consideran como de lo mejor que ha escrito la autora. Como suele ocurrirme, mi gusto personal se aparta del de mis compatriotas y se acerca al de los extranjeros.
Encontramos un par de críticas positivas en El Rincón de la Novela Romántica.
Una que esperaba más del libro pero aún así le dio 4/5, fue el Baúl de Ireniam.
Y por contrastar, he aquí alguien a quien no le gustó: Lo que quiera leer hoy hace crítica en general negativa, no le gustó y le parece un piscinazo.
En inglés, en All About Romance gustó tanto que le hicieron dos críticas DIK A (libro que te llevarías a una isla desierta) una en 1997 y otra en 1998.
Rosario’s Reading Journal tiene crítica de A+.
Kati, en Dear Author, le dedica una crítica de A a toda la trilogía.