lunes, 4 de enero de 2016

Reencuentro de enamorados



Con esta mi cuarta entrega termino el repaso de la antología Premiere. Después de hablar del modelo de relato “Esto va con buen camino” y del “Nosotros enamorados y yo sin saberlo”, remato la faena con lo que yo llamo “Reencuentro de enamorados”. También en este modelo, como en el anterior, los protagonistas se conocían de antes. Pero el añadido está en que tuvieron una relación de amor o, al menos, de amistad, emocionalmente significativa, rompieron por lo que sea y ahora se reencuentran.


UNDER THE WICKED MOON, de Lila Bell

Esta es una historia de amor paranormal. Stacia es una maga a la que un tribunal mágico ha condenado por el mal comportamiento de un familiar. Mira, unos que no creen en la personalidad de la pena y el principio de culpabilidad. Uno la lía y paga toda la familia.
Quien tiene que ejecutar la orden es Liam, un asesino hombre lobo, si he entendido bien, porque estas cosas paranormales no son lo mío. Liam y Stacia se conocieron de jóvenes en una casa de acogida. Se gustaban, pero no se lo dijeron. Y después, un día, Liam desapareció. Ella no lo sabe, pero lo secuestraron y él le echa la culpa a ella. Por eso está encantado de ser el ejecutor de la bruja.
Pero esta se defiende con un encantamiento que en teoría iba a despertar el lado protector de Liam. Sólo que funciona de manera un poco particular por un error de número, tendría que haber cinco escamas de dragón y sólo le pone cuatro. ¿Resultado? Liam acaba deseando a Stacia apasionadamente. ¿Será cosa del encantamiento, o realmente están hechos el uno para el otro?

Al ser paranormal, es más fácil el tema este de relato corto que sin embargo habla de un amor para siempre. Parece ser tópico frecuente en este género que hay un alma gemela, una media naranja en concreto, que te está predestinada. Así que una vez que eso se identifica, te crees (porque es una convención de este subgénero) que seguirán juntos por siempre jamás. Aunque no se conozcan gran cosa, suspendes la incredulidad.

Como lo paranormal no me gusta especialmente, la leí, pero sin que me interesara gran cosa. Además, al no haber leído otros libros de la autora, parte del worldbuilding no lo entendí del todo. Lila Bell es el seudónimo de una autora que escribe harlequines contemporáneos como Tanya Michaels. Así que no, no me entraron ganas de seguir leyendo nada suyo.


A LIGHT IN THE DARKNESS, de Regina Scott

Subgénero: Regencia cristiana.

Percy, oficial que ha estado en la guerra de la Independencia española con Wellington (y supongo que violando pacenses aunque claro, eso aquí no se dice) ha vuelto a casa por Navidad. Soñó con la gloria militar y descubrió que la guerra es algo más duro y cruel. Se dedica a escribir un libro sobre sus experiencias bélicas y no está para fiestas.
Pero su hermana aparece horrorizada: un matrimonio de invitados han traído a una pariente pobre como acompañante y el número de personas a la mesa está equivocado. Hace falta que Percy se una al grupo. Lo hace, renuente, y cuál no será su sorpresa cuando descubra que la invitada inesperada no es otra que Eleanor: una joven que lo rechazó años atrás y sigue soltera.

El tono de la historia es bastante religioso, no sólo porque es Navidad sino también por las referencias a un Salvador, a que las oraciones de los ingleses eran el arma más poderosa de Wellington, etc. En la referencia biográfica final me entero de que la autora es especialista en esto de la histórica cristiana (inspirational lo llaman ellos), “dulcemente romántica” y tal. Inspirational debería ser traducido como “inspirador” o algo así, pero para mí, es sólo propaganda cristiana sector evangélico.

No es mi tipo de novela. Quizá sí lo sea para todas esas fans españolas de autoras tipo Julianne Donaldson, a quien parece horrorizar el sexo en la novela romántica.


DEAD WRONG, de Cindy Gerard

Una de suspense romántico. Erin acaba de ser acusada y absuelta del asesinato de su marido. Pero aunque el jurado la absolviera, su suegro no la cree y le ha amenazado. Para alejarse de la presión de la prensa se refugia en una cabaña frente a un lago donde pasó maravillosos veranos de jovencita.
Allí se reencuentra con su amor adolescente, Jed, un militar que ha servido en Afganistán y que acude a apoyarla y protegerla. Hace años que no se ven, pero se han seguido la pista en la distancia. Se separaron porque ella era un poco estirada y le avergonzaba algo que la vieran con él, de clase más baja.
Pero Jed es un hombre de una pieza que sigue amándola y Erin tendrá que,… bueno, encontrarse a sí misma, enamorarse de nuevo, superar lo que la amenaza y… en fin, que tienen su happy end después de años de estar separados.

No había leído nada de esta autora, pero parece interesante y el subgénero suspense romántico me resulta atractivo. Quizá le dé una oportunidad.
No capté cuál era el número equivocado. ¿Quizá las campanadas del reloj cuando encontró a su esposo muerto? Ni idea.


ALL I WANT, de Erica Ridley

Lady Matilda Kingsley, una rica heredera, pupila de su primo Egbert, un auténtico calavera dado al juego, que la invita a entrar en una partida. Allí se reencuentra con Owen Turner, el único chico al que ella ha amado. Hace cuatro años que no le ve, pues durante ese tiempo él ha estado combatiendo en las guerras napoleónicas. También él la quiso, pero pertenecía a una clase social más baja, y era hijo bastardo de un duque, así que el primo Egbert los separó.
Ahora, en una refinada tortura mental, los hace jugar frente a frente a la veintiuna. ¿Qué se apuestan? Por un lado, miles de libras, y por el otro, el cottage de Owen, su única propiedad

Aquí el número equivocado es, obviamente, el que sale en la baraja jugando a ese juego, y no digo más por aquello de no destripar el asunto, que bastante lo hago ya.

No conocía a esta autora, y tampoco con esta historia me han entrado ganas de ponerme a leer algo más de ella. En la breve biografía al final habla de que su última serie, The Dukes of War, presenta a pares del reino y héroes de guerra que vuelven de la batalla sólo para arrojarse al esplendor y la locura de la Inglaterra de la Regencia. O sea, no exactamente mi tipo de libro, pero puedo leerlo y disfrutarlo mucho si la autora tiene algo especial. No me parece que ésta lo tenga.


THE LONG WAY HOME, de Katy Regnery

Esta historia es más o menos NA, pero sin demasiada angustia, la verdad, sino con un tono un poquito divertido. Lo incluyo en este modelo, porque tuvieron un pequeño rollito.

Ford McInerney siempre ha estado colado por Clarissa Calhoun, que fue novia de su hermano mayor. El tonto de su hermano la engañó con otra y acabó casándose con ella por aquello de que había niño en camino. Clarissa está en la universidad, la misma a la que Ford decidió ir sólo porque era a la que iba ella. Y fue quien la consoló de aquella manera cuando Clarissa descubrió el engaño de su novio.
Ahora los dos tienen que volver a su ciudad natal, a la boda de la mejor amiga de Clarissa con otro de los hermanos McInerney. Coinciden en el autobús y, aunque al principio ella es muy hostil, acaban hablando y teniendo un buen viaje en el que descubren sus sentimientos mutuos, así que al final acaban bajando juntos del autobús cogidos de la mano, dirigiéndose a su hogar.

Me gustó el personaje de Ford, y ese aire de ambientación sureña, pero por momentos me pareció demasiado sentimental. Así que esta autora me resultó interesante y sí, puede que le de alguna oportunidad a su serie dedicada a los Lindstrom, que se ambienta, según veo en su bio, en Yellowstone.


Dentro de este esquema de cosas, hay un subtipo o submodelo, muy abundante en el relato corto romántico, que es el “Matrimonio en crisis”. Porque sí que lo veo como una variación de este tema de “reencuentro de viejos amantes”. A él ha recurrido, por ejemplo, Mary Balogh en sus antologías de relatos navideños. Se trata de una de las formas más usadas para superar la dificultad de un final feliz creíble en un relato corto.


THE FALLOUT, de Harper St. George


Elena es de familia humilde y logró ir a la universidad por sus propios méritos. A los dieciocho años, en un espléndido verano, conoció, se enamoró y se casó con Dexter, joven de familia rica. Sus trabajos y estudios los obligaron a pasar mucho tiempo separados y al cabo de un año tuvieron una pelotera buena y no volvieron a verse… hasta que aparece el abogado de él con los papeles del divorcio.
El número equivocado de esta historia es del móvil. Ella le llamó hace años pidiendo perdón, una segunda oportunidad. Pero debió equivocarse de número y él nunca recibió esa llamada. Y aunque la seguía queriendo, no intentó volver a verla porque pensó que Elena no lo quería a él.

Historia sosita que no tiene gran cosa y encima se basa en un tonto malentendido. La próxima vez que discuta este matrimonio se tirarán otros chiquicientos años sin hablarse. Pues mira qué bien.

No, la verdad es que no invita a leer más de ella. A veces me sonó muy harlequinera. En el mal sentido.


Y con ello termino mi repaso de esta antología. Todas encajan de una forma u otra en esos tres modelos de relato corto romántico. Muy útil para identificar, como lector, esquemas habituales en nuestras lecturas. Y si alguien quiere escribir un cuento de este tipo, ahí tiene tres esquemas habituales que puede seguir. Pero aparte de servirme para analizar un poco cómo meten una historia de amor en un formato breve, ya he dicho que esta antología no merece (en mi opinión) la pena.

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