viernes, 25 de diciembre de 2015

Crítica: "Corazón en peligro", de Suzanne Brockmann




Último viernes de mes. Toca el siguiente de estos Harlequines cortitos con intriga, contemporáneos y sexis. La serie Altos oscuros y peligrosos de Suzanne Brockmann es ideal en su género.
Leído en Kindle

El quinto libro de la serie Tall, Dark and Dangerous, Harvard’s Education se publicó en octubre de 1998. Es el n.º 884 de Silhouette Intimate Moments. En España, Harlequin Ibérica la publicó como el n.º 84 de la colección “Top Novel” y lo reeditaron como en n.º 65 de la colección Romantic Stars.

El título en inglés, “Una educación de Harvard” alude a la formación específica que tiene el protagonista, el jefe senior Daryl "Harvard" Becker. Un caballero de refinado acento bostoniano y con una formación universitaria. Pero que dejó la vida intelectual y se metió en el ejército tras ser víctima de un episodio racista.

Es una novela que se centra más en el suspense romántico militar típico de Suzanne Brockmann, con entrenamientos, saltos en paracaídas, operaciones en el extranjero, etc. Durante ocho semanas, la agente del FInCOM P.J. Richards tendrá acceso al mundo dominado por hombres.

El gobierno quiere formar equipos mixtos de Navy Seal y FInCOM para actuar contra terroristas, y para ello han establecido unas semanas de formación conjunta. Los Navy Seal consideran que no es viable, y quieren que el gobierno lo vea como ellos; pretenden utilizar a P. J. para que les ayude a convencer de que es inútil intentarlo. P.J. por su parte es muy buena en lo que hace, excelente tiradora, sabe planear con más flexibilidad que sus compañeros del FInCOM cómo ha de actuarse contra los terroristas. 

P. J. y Harvard no pueden tener orígenes más opuestos. Ella no conoció a su padre, y su madre fue una drogadicta adolescente. En cambio, Harvard procede de una familia unida, estable, el padre es profesor de literatura, y él mismo ha recibido una educación universitaria. Pero se sienten muy atraídos el uno por el otro desde el momento en que se echan la vista encima, y estas semanas de entrenamiento acaban siendo de lo más tensas por este motivo. 

El entrenamiento se tuerce un poquito cuando por medio se meten unos narcotraficantes, lo que da pie a demostrar que una agente del FInCOM también puede cumplir como guerrera mano a mano con los Navy Seal.

Es el primer libro de Brockmann protagonizado por personajes afroamericanos, y en su momento fue rompedor por esto, según se cuenta aquí, un artículo sobre la presencia (más bien ausencia) de personas de color en las novelas románticas. Traduzco:


“Escribí Harvard’s Education en 1997,” cuenta la autora. “Era un romance genérico en la línea Silhouette Intimate Moments, y era el 885.º libro publicado en esa línea, pero sólo el segundo que presentaba personajes negros. Pensad en esos números durante un minuto. No hablamos de 1957. Era 1997. En aquella época, no pude encontrar ningún romance en mis tiendas locales que presentaran a personas que no fueran blancas como yo. Cuando lancé el libro, me dijeron que simplemente no se vendería.”


Ocurrió justo lo contrario: después de publicarse en 1998, Harvard’s Education agotó la primera edición y acabó siendo uno de los romances genéricos de Brockmann que mejor se vendieron.

No sé, es un tema que siempre me deja un poco perpleja porque no acabo de entenderlo del todo. Para mí son tan ajenos un señor de color negro de Harvard como una muchacha de color blanco de Minnesota. En contra de la opinión popular, no estoy segura de que leamos libros para “identificarnos” con nadie, ni que necesitemos que el personaje sea como nosotros (de nuestro sexo, tono de piel, nacionalidad, etc.) para disfrutarlos. 

Sí que se agradece que haya variedad, pero variedad de tipos, de clases sociales, de orígenes geográficos, de paisajes, todo, simplemente para no repetir una y otra vez los caminos trillados de la novela romántica.

En un post, Brockmann dijo que el mejor correo que recibió en relación con esta novela es que le agradecieron que escogiera un héroe reclutado, no un oficial. Es decir, que también era rompedor en cuanto a las “clases sociales” dentro del ejército estadounidense.

Valoración: notable, 4

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, aunque allá en torno al puesto tres mil, diría yo. Ganó el premio Golden Leaf a la mejor novela contemporánea larga del año. Y, además, una de mis blogueras favoritas, Rosario, le hizo una crítica estupenda poniéndole como calificación A-, que para mí es recomendación de sobra.











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