viernes, 22 de mayo de 2015

Crítica: "Sweet Disorder", de Rose Lerner



Mañana, jornada de reflexión.
El domingo, elecciones municipales. Y, en muchas comunidades autónomas, también a las asambleas regionales.
Muchos lucharon en el pasado para que las mujeres pudiéramos hacer algo tan revolucionario como votar.
Y, en España, unos cuantos fueron perseguidos por reclamar que pudiéramos dar nuestra opinión, al menos una vez cada cuatro años.
Así que, como siempre, es la memoria de estas personas, la que todavía me mueve a acercarme al cole el día de las elecciones.

Hoy me toca poner algo remotamente “electoral” en este blog.

Este NO es un libro de la lista Top 100 AAR

Esta novela tuvo la máxima puntuación en la página web All About Romance: A+ y la consideraron Desert Island Keeper (libro que te llevarías a una isla desierta). En la página web Romance Novels For Feminists la incluyó entre lo mejor de 2014. También en Dear author la dieron buena crítica, A-.

DATOS GENERALES
 
Samhain, 2014
Título original: Sweet Disorder
Fecha de publicación original en inglés: 2014
Subgénero: histórica – 1812

Parte de una serie: Lively St. Lemeston #1

SINOPSIS (incluida en el propio libro)

La intriga política podría hacer que su corazón fuera el último en quedar en pie… en solitario.

Lively St. Lemeston, Libro 1

Nick Dymond disfrutó de una agitada vida militar hasta que una bala en la pierna lo envió a casa a su familia, emocionalmente distante, obsesionada con la política. Durante meses, ha vivido a solas con su depresión, aislado en su alojamiento.

Pero cuando su hermano menor está desesperado por ganar la elección local, Nick recibe nuevas órdenes de marcha: desempolvar el legendario encanto de su familia y maniobrar para conseguir que la bella Phoebe Sparks concierte un matrimonio políticamente ventajoso.

Un matrimonio fue suficiente para Phoebe. Según las ordenanzas de su ciudad, sin embargo, le pertenece un voto que sólo un esposo puede ejercer. Su hermana adolescente está embarazada, y la última defensa de Phoebe contra la ruina de su hermana es su voto –y su mano.

Nick y Phoebe pronto se dan cuenta de que el único emparejamiento que aceptarán sus corazones es el que la sociedad no permitirá. Pero a medida que la intriga electoral se ensombrece, tienen que dar el voto más cruel de todos: lealtad… o amor.

Advertencia: contiene elecciones, golosinas, y una serie de erecciones.

CRÍTICA

El muy noble (y guapo y sexy) Nicholas Dymond anda alicaído. Lo hirieron en la guerra y no le ve sentido a su vida. Su madre le dice que espabile y le eche una mano a su hermano, que es candidato electoral.

William Hogarth: Pidiendo el voto (1754)
Óleo sobre lienzo
Museo Sir John Soane.
Sufragio censitario: no todos tienen derecho al voto, sino sólo unos determinados ciudadanos. La viuda Phoebe Sparks puede transmitir este derecho al varón con el que se case. Así que los whigs (el partido del hermano de Nick) quieren maridarla con un pastelero y los tories (partido conservador) también le presentan un pretendiente.

Nick y Phoebe se caen bien, intiman, se confiesan cosas que nunca dijeron a nadie más. La tensión sexual entre ellos es fantástica. Y luego, cuando llega el momento del sexo explícito, son episodios que tienen sentido dentro de la historia, equilibran la relación de poder entre ellos, los iguala socialmente.

Es una de esas novelas bastante verosímiles que te llevan mentalmente a otro tiempo y lugar. Las elecciones de Inglaterra en noviembre de 1812 resultan una interesante ambientación. Y también que ambos asuman que la diferencia de clases es un problema, sin soluciones mágicas.

Nick anda un poco perdido. La vida real no se le da tan bien como la ordenada de la milicia. Este Hamlet de la Regencia me pareció un abúlico incapaz de desear nada o, si lo desea, de luchar por ello.

Phoebe, por su parte, tiene más iniciativa, hasta el punto de que asume que es cosa suya resolver todos los problemas del mundo. Y tira a regordeta.

Destacaría, finalmente, las referencias literarias. Bromean con Lord Byron, cuyo Childe Harold utiliza Nick como un mantra para serenarse o desconectar. El título de la novela, Sweet Disorder procede de un poema de Robert Herrick (1591–1674), que empieza…


    Un dulce desorden en el vestido
    Enciende la lascivia en las ropas:-
    Una pañoleta lanzada sobre los hombros,
    Una buena distracción.-


(Para una mejor traducción, El Espejo Gótico)

Algunas cositas me gustaron menos, como un final un poco de culebrón y que, a pesar de su lograda ambientación, algunos detalles suenan muy estadounidenses.

Por ejemplo, el pastelero candidato a la mano de Phoebe crea golosinas y pastelitos muy complicados que nada tienen que ver con la repostería tradicional europea.

Hace años Vicente Verdú ganó el XXIV Premio Anagrama de Ensayo con El planeta americano (Anagrama, 1996). En un capítulo dedicado a la obscenidad, te habla del exceso o exageración con la comida: el adobo del Kentucky Fried Chicken está compuesto por 23 hierbas distintas, y es raro el chicle o la bebida refrescante que cuente con menos de tres sabores.

Pues eso, que aquí el café es “sólo o con leche” y allí tienen Starbucks. El pretendiente de Phoebe parece un “pastelero Starbucks” que llega a confeccionar una “cosa” con bacon. Delirante.

Y… hay algo que detesté profundamente. Nick es conocido como el “héroe de Badajoz”. Al verlo tan reacio a hablar del ejército, pensé que ¡por fin! habría un oficial británico de la Regencia avergonzado de las brutalidades del ejército británico en la Guerra de la Independencia española.

Pues va a ser que no. Lo que le enfurece es que los corruptos tories no habían enviado buen material a los soldados.

¿Qué por qué me cabreo? Lo diré cien veces. Todos estos “héroes británicos” formaron parte de un ejército que, en muchas ocasiones, más que como aliado y colaborador de los españoles para expulsar a los franceses de la Península, se comportó como un brutal ejército de ocupación, violando, saqueando, asesinando civiles.

No hace mucho, lo recordó Arturo Pérez-Reverte en una de sus patentes de corso (XLSemanal, 4.05.2015):


Los ingleses, por su parte, que eran todo lo valientes que ustedes quieran, pero tan altaneros y crueles como de costumbre, despreciaban a los españoles, iban a su rollo y más de una vez, al tomar ciudades a los franceses, como Badajoz y San Sebastián, cometieron más excesos, saqueos y violaciones que los imperiales, portándose como en terreno enemigo.


De la batalla de Badajoz, dice la wikipedia:


El saqueo de la ciudad de Badajoz a cargo de las tropas inglesas con posterioridad a la batalla, incluyendo violaciones y asesinatos indiscriminados de la población civil, se encuentra entre los más terribles y sangrientos acontecimientos de la Guerra de la Independencia.


Destino fatal de Españistán, a la que dieron por todos lados, primero los franceses, luego los británicos y al final, el “Deseado”, el más infame de los reyes españoles, a quien su propia madre llamó “marrajo cobarde”.

Así que las simpatías que me despertaba el mustio Nick se me apagaban en cuanto mencionaban Badajoz. Porque me preguntaba, ¿a cuántas pacenses violó el menda? ¿A cuánto paisano civil ensartó con su espadita? ¿O acaso se quedó tranquilamente tomando el té mientras sus compatriotas arrasaban la ciudad, comentando displicentemente con algún oficial amigote “hay que ver cómo se ponen estos plebeyos hooligans cuando no dan fútbol por la tele”?

Obviamente, a muchos lectores estas cosas le importan un cojón de pato (sí, hoy ando con influencia revertiana). Si, de hecho, les resultan indiferentes las matanzas de civiles que ven por la tele, cómo les va a inquietar lo más mínimo lo que pasó en España hace doscientos años.

Pero a mí sí me importa. Se me atragantó tanto que me bajó la puntuación a un 3. Y gracias.

Es la primera que leo de Rose Lerner. Le seguirán otras, siempre que vengan recomendadas. Pero no todo lo que ha escrito. Su estilo es moroso, lento. Coges y dejas el libro fácilmente. Es más novela de personajes que de argumento. Un poco al estilo de una Courtney Milan, pero sin su no-se-qué tan especial.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los aficionados a la novela romántica histórica más de personajes que de trama.

Otras críticas de la novela:

No está traducida. No he encontrado otras críticas en español.

Gossamer Obsessions le da una A+,  All About Romance DIK A+,  Dear Author A-,  Smexy Books B+. Luego tenemos una crítica en Miss Bates Reads Romance y un interesante post en Romance Novels For Feminists, "Questioning the Meaning of Love: Rose Lerner's SWEET DISORDER". A GuestPandora’s Box: Rose Lerner’s Sweet Disorder.


2 comentarios:

  1. Bona, leíste alguna vez a Carla Kelly? En varios de sus libros reconoce los horrores que hicieron los soldados británicos luego de batallas como la de Badajoz. Del que más me acuerdo es One Good Turn, que me pareció excelente (aunque... spoiler alert... el protagonista fue uno de esos oficiales que se quedó sentadito tomando el té como imaginas arriba a Nick. Cuesta aceptar eso en un "hero", por más que se torture a sí mismo luego de darse cuenta de lo que pasó). En fin, te lo recomiendo.

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    1. ¡Muchísimas gracias por el comentario! De Carla Kelly tengo varios apuntados pero todavía no he leído ninguno. Ahora mismo bajo One Good Turn al kindle, que está a precio razonable. Ya veo que le diste una A- en tu blog.

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