viernes, 28 de noviembre de 2014

El canon de la novela romántica (4): Orientación para académicos


En el anterior post sobre este tema, señalé que una de las posibles formas de entender el canon es considerar que está formado por las novelas clásicas. Las que han sobrevivido a lo largo del tiempo y que siguen encontrando nuevos lectores. Era, por así decirlo, la teoría Coetzee sobre el canon literario.

Otros, en cambio, entienden el canon como “lo excelente” desde el punto de vista estético. Sería, por así decirlo, la postura Bloom.
No, no este Bloom

Harold Bloom considera que no hace falta que una obra sea representativa de nada (época/grupo/ideología) para estar en el canon. Se incluye en él si alcanza una destacada calidad estética.

Visto así, es un tema de interés para los estudiosos, no para mí como lectora. Encuentro antipática la idea de que haya algo “bueno” en términos absolutos, ajeno a cualquier tiempo y lugar. El gusto cambia a lo largo del tiempo. Cosas aparentemente consagradas han estado en otro momento pasadas de moda.

Hubo épocas en que se veía a Shakespeare como un dramaturgo defectuoso. Bach tuvo su travesía del desierto, sobreviviendo en la memoria del músico profesional e ignorado por el público. Como Velázquez, pintor de pintores. Acordaos de que la obra de Miguel Ángel incomodaba a los contrarreformistas hasta el punto de que algún “sobradete”, como Doménikos Theotokópoulos (El Greco, para entendernos) se ofreció a repintar la Capilla Sixtina.


Los lectores, básicamente, queremos encontrar libros que nos “digan algo”. 

Beowulfo
Ilustración de A book of myths (1915)
Autor: Helen Stratton

Pondré un ejemplo literario, para que se me entienda mejor. Si cuentas, por ejemplo, la historia de la literatura anglosajona, esto es, la de las Islas Británicas antes de la conquista normanda, debes mencionar un montón de vidas de santos o paráfrasis bíblicas aburridísimas. Pero si eres un lector que lee sólo por entretenerte, o por enriquecimiento personal, entonces disfrutarás de Beowulfo. O, si tu sensibilidad te inclina a la poesía, La ruina, la Batalla de Maldon o el Lamento de la esposa. 


Estas obras aún nos llegan como seres humanos, aunque nuestras vidas sean tan diferentes a la sociedad en la que surgieron.

Bajando de tales alturas y aplicando esta idea al género romántico, hay autoras que siguen ganando lectores entre las generaciones más jóvenes, como Georgette Heyer o Kathleen Woodiwiss, y otras que me parece a mí que más bien no, como Barbara Cartland o Corín Tellado. Las primeras son clásicas, además de canónicas. Las segundas, “sólo” pertenecen a la historia del género.

Para que nos entendamos:
K. Woodiwiss = Clásica y canónica = Vintage
 
B. Cartland = Sólo canónica = Pasada de moda

El estudioso que quiera profundizar en el género, explicarlo, saber de dónde viene y en qué situación se encuentra ahora, debería trabajar sobre obras canónicas. Esto obliga no sólo a atender a las novelas más ambiciosas literariamente, tipo Laura Kinsale, sino también las que resulten significativas, por otras circunstancias, como:

A)    Tener un impacto en la sociedad fuera de los límites de la comunidad del género. Desde El árabe de E. M. Hull, hasta las Cincuenta sombras de Grey, de E. L. James;
B)    Cambiar algo dentro del género: una nueva tendencia/tópico/manera de escribir/de vender/ de marketing... lo que sea, en el género (como, por ejemplo, La llama y la flor);
C)    Representar un modelo, un tipo, de los diversos subgéneros, incluso si no tienen ninguna de las características mencionadas con anterioridad: histórica, de vikingos, de piratas, medieval, del Oeste,… Regencia, ciencia ficción, paranormal, uno inspirador/cristiano, fantasía urbana, juvenil y también New Adult, y demás, contemporánea, genérica (category), steam punk, multicultural, erótico, romance LGBT…

Un bosquejo de algo así lo ofreció Wendy the Superlibrarian, “la Superbibliotecaria”, enumerando aquellos libros o autores que la comunidad romántica ha reconocido como representativos, con significado histórico y cultural dentro del género. Podéis leer su artículo aquí. Resumo su lista. 

1) Jane Austen (1775-1817)   
2) El árabe (1919), de Edith Maude Hull (1880-1947) 
3) Georgette Heyer (1902-1974) 
4) Las reinas de la novela gótica: Mary Stewart (1916-2014), Victoria Holt (1906-1993), Phyllis Whitney (1903-2008), Barbara Michaels (1927-2013) 
5) La llama y la flor (1972), de Kathleen Woodiwiss (1939-2007)   
6) Nora Roberts (n. 1950) 
7) Jayne Ann Krentz (n. 1948) 
8) Christine Feehan
9) Amor redentor (1991), de Francine Rivers (n. 1947) 
10) Suzanne Brockmann (n. 1960) 
11) Las diosas del romance erótico: Bertrice Small (n. 1937), Thea Devine, Susan Johnson (n. 1939), Robin Schone (n. alrededor de 1954)
12) The Color of Love (1995), de Sandra Kitt (n. 1947)

Coincidas con ella o no (yo discrepo en algunas cosas), es un estupendo punto de partida.

Para saber más, uno de los podcasts de SBDA se dedicó en su momento a “The Romance Canon”, el 22, que se puede bajar gratis en iTunes. Señalaron un problema obvio: si quieres conocer el canon, vas a tener que leer libros malos. Es un programa sin desperdicio, realmente demasiado exhaustivo para resumirlo aquí. Hablan de que en realidad hay tres cánones: contemporánea (dentro de la cual se incluirían los genéricos o category), histórica (Old Skool y New School) y paranormal.

En fin. Acabo este post, que ya se alarga demasiado. Simplemente, si algún estudioso quiere ponerse en plan erudito a construir algo que histórica y genéticamente se pueda considerar el “canon” de la novela romántica, ya le he puesto aquí suficientes ideas. ¿Los lectores? Pasamos de que nos digan qué debemos leer. Otro día hablaremos de ello.

martes, 25 de noviembre de 2014

Crítica: "El secreto", de Julie Garwood



Más de lo mismo: highlanders al estilo Garwood. Second verse, same as the first

Diseño de portada: Estudio Ediciones B

Fotografía de portada: © Jupiterimages Corporation

DATOS GENERALES

Título original: The Secret
Fecha de publicación original en inglés: 1992
Subgénero: histórica – Medieval
Puesto en la lista AAR 2013: 47

Parte de una serie: 1.º de Highlands’ Lairds (aquí llamada “Serie Maitland”)

Traductora para la edición 2008 de Ediciones B, S.A., para el sello Zeta Bolsillo: María Verónica Álvarez
 
SINOPSIS (de la contraportada)

Decidida y leal, Judith Hampton había prometido a su íntima amiga escocesa estar a su lado cuando diera a luz. Pero había otra razón para realizar ese viaje desde su yermo hogar en Inglaterra a los Highlands de Escocia, en plena Edad Media: encontrar al padre que nunca había conocido. Pero no estaba preparada para el encuentro con ese bárbaro escocés que la escoltaría: Iain Maitlan, jefe de su clan y el hombre más poderosamente atractivo que hubiera conocido nunca…

CRÍTICA

Esta novela romántica del subgénero histórico se ambienta en Escocia, a caballo entre los siglos XII y XIII. Creo que esta fue la primera novela que leí de Julie Garwood, al menos en años recientes, allá por 2012. Me entretuvo, pero no me pareció para tirar cohetes.

Después de leer otras novelas de ella, he releído esta. Me doy cuenta de que el argumento ya lo había utilizado antes: básicamente, una decidida joven inglesa (Judith) enamora a un fortachón jefe de clan escocés (Iain). En este caso, la excusa está en que Judith es amiga de una escocesa, en concreto la cuñada de Iain, y que prometió hace años acudir a su lado cuando tuviera que dar a luz. Su madre y su abuela murieron de parto, y por alguna razón cree que tener a su amiga al lado logrará evitarle seguir ese mismo camino. Iain, jefe del clan de los Maitland, viaja a Inglaterra en busca de Judith, creyendo que ella no va a querer ir. Pero Judith es una mujer de palabra: cumplirá su promesa.

No sólo es una amiga leal. También tendrá la oportunidad de conocer a su padre, que vive en las Tierras Altas.

Cuando Iain y Judith se conocen, se gustan al primer vistazo. Tanto Iain como Judith, son encantadores, guapos a rabiar, y bastante sinceros el uno con el otro. Aquí no se encuentra ese tópico de la novela romántica que es el "gran malentendido". Qué va, los dos se atraen y se enamoran honradamente. Y las escenas entre ellos resultan chispeantes y sensuales. Se les plantean problemas reales, aunque siendo tan listos y buenos, al final todo se resuelve sin demasiada tensión y sin que la sangre llegue (ni remotamente) al río.

Hay muchos momentos divertidos, entre ellos una boda, y diálogos con cierta gracia.

Otra de las cosas buenas de esta novela es que, ¡por fin! Las mujeres no están peleándose entre sí por el héroe, sino que son amigas, y se ayudan las unas a las otras en sus momentos difíciles. Para mi es un añadido a aplaudir esa enriquecedora solidaridad femenina para superar cosas como los partos.

Hasta aquí lo positivo de la novela. Vamos a lo negativo. El final degenera en un culebrón de lo más fantasioso, con reencuentros y demás. Y Judith convertida en una especie de reformadora social avant la lettre.

¿La ambientación? Reúne todos los defectos propios de la Garwood histórica. Una Escocia tópica. Así que me repito, te doy la palabra, dear Gareth:

-       It's Brigadoon! It's Bloody Brigadoon!

Aprovecho para abrir paréntesis. Momento kit-kat. Simon Callow cuenta en Shooting the Actor (Random House, 31/5/2012) que en el guión ponía “It’s Macbeth! It’s Bloody Macbeth!”, pero que él fue quien sugirió cambiar Macbeth por Brigadoon, y se lo aceptaron. La siguiente línea, cuando le preguntan si tiene el número de teléfono de Oscar Wilde y él dice “No, pero tengo su número de fax” es también suya. Cierro paréntesis.

Salvo las lamentables condiciones de la mujer a la hora de dar a luz, poco hay en ella que suene auténticamente medieval. Seguimos en la irreal Medievalandia, con personajes que no suenan para nada de la época. Era gente del siglo XX un poco "Nueva Era". No podía evitar poner los ojos en blanco cuando hablan de cosas que suenan muy modernas, como “cadena de mando” o “una relación tan inestructurada”, “cuán necesario es para un niño creer que es importante”, “mi experiencia podría ser una manera de encajar aquí”, “estilo de vida”… Por no hablar de ese toque tan nacionalista de escoceses contra ingleses odiándose a muerte. Vamos a ver, que esto es la Edad Media, no existía el nacionalismo. De acuerdo, todos hemos visto Braveheart pero es que en realidad esa película es bastante fantasiosa, entretenida y mona pero con una visión totalmente distorsionada. En resumen: no, no es una novela para fanáticos de la historia.

Añado que la traducción no es de las mejores. Empezando por esa manía de olvidar que los nombres de reyes se dicen como se les ha conocido siempre en castellano: Juan Sin Tierra, o simplemente el rey Juan, y no el rey John. A veces demasiado literal (“se veía como el infierno” en vez de “tenía un aspecto horroroso”) y en muchas ocasiones usa expresiones chocantes: “recámara” queriendo decir “dormitorio”, “recién me acabo de dar cuenta”, “Hubo un infierno que pagar”, “Iain se veía sorprendido”, “el primer bebé de una mujer toma muchas, muchas horas de dolor”, “me tomó mucho tiempo recordar”, “desparramar rumores” en lugar de esparcir o difundir… No digo si es correcto o incorrecto, es que suena a traducción torpe, ramplona, mala en suma. Una versión de andar por casa. De los que me dan ganas de escribir que más que traductor este libro tiene perpetrador.

El secreto fue considerada una de las cien mejores novelas románticas del siglo XX por los lectores de The Romance Reader. Ha estado en todas las listas Top 100 de AAR: ¡puesto 2 en 1998!, 20 en 2000, 53 en 2004, 28 en 2007 y 61 en 2010. Y también la encontramos en El ajuar de la lectora romántica.

La primera vez que lo leí me pareció un libro entretenido, para pasar un buen rato pero perfectamente intrascendente. Me aburrí bastante al releerlo. Los personajes que me encantaron ahora me parecen adolescentes, encontré la trama bastante boba. Pero pocos libros de romántica aguantan o mejoran en una relectura, así que creo que lo más honesto es mantener mi impresión inicial, las tres estrellas que le puse en Amazon en su día.

Para los que disfruten de esta novela, tienen otras dos novelas de la misma serie Maitland o Secretos: Ransom (El rescate, 1999) y Shadow Music (La música de las sombras, 2007).

Valoración personal: la primera vez que lo leí, 3

Se la recomendaría a: fans del ambiente escocés sin la más mínima preocupación por la autenticidad histórica, particularmente si son jóvenes.

Otras críticas de la novela:

Además de en El rincón de la novela romántica, tenemos unos cuantos blogs que le han dedicado reseña: Lady Marian, Alea jacta est, Mi mundo de sueños, La voz que vive en mi y el blog de Vanedis.

En inglés, han hablado de esta novela en All About Romance y en Dear Author.

As usual, la ficha en laFictionDB.

Otras novelas de la autora en el Desafío AAR:

AAR 75. Ransom/ El rescate (1999)

Ediciones en España:

-       El secreto (2006) Ediciones B, S.A.
-       El secreto (2008) B de Bolsillo
-       El secreto (1995) Círculo de Lectores, S.A.